Facebook se ha convertido en un ritual diario para millones de personas; pero, ¿qué sucede cuando desactivas una cuenta y entras en abstinencia? Caroline Hocking, una obsesiva confesa a esta red social, lo cuenta.
La experiencia no había sido del todo mala. Hubo algunos buenos tiempos. Había disfrutado un poco de espirar a otras personas y encontré la red bastante útil como una vía para examinar posibilidades amorosas, descartar cosas no deseadas y organizar extrañas fiestas.
Como novata en las redes sociales mis primeras incursiones habían sido cautas y breves. Había sido un placer culposo, un escape agradable que explotaba la necesidad básica de compartir y comparar.
Pero después de dos años me había convertido en una fanática de Facebook subiendo más de 30 álbumes de fotos, anunciando innumerables y estúpidos estados y adquiriendo cientos de "amigos" (350 para se exacta).
Si me encontraba fuera de la red por más de unas horas, sentía una ansiedad parecida a la de una separación. Había sido mi pérdida de tiempo favorita y se había transformado en una adicción exigente y antisocial.
clic Participe: ¿Se puede vivir sin Facebook?
Continua Leyendo
0 comentarios:
Publicar un comentario